jueves, 24 de febrero de 2011

El Quincy Jones de la salsa... y sus amigos

Louie Ramírez, muerto e la risa
Mucho más conocido por su labor como arreglista y productor, ·Louie Ramírez· fue sobre todo un músico de raza, capaz de reunir a un grupete de instrumentistas en un estudio de grabación y sacar de allí cosas fantásticas sin demasiado esfuerzo. Aunque, claro, tantas horas metido en esas cuevas acústicas hacía que en ocasiones no atinara: su historia negra lo ubica como el creador de esa variante romántica del género que dominó los años 80 y que fue llamada salsa erótica, o salsa monga, que contribuyó a destruir a machetazos la estela que la determinante producción salsera había generado en la década anterior.
Pero no hablemos más de ese penoso asunto y concentrémonos en lo bueno; en, por ejemplo, ese disco que publicó en 1978 junto a una camarilla de amigos músicos de altísimo nivel: Louie Ramírez y sus amigos, un álbum que recoge parte de lo que se estaba gestando en esos momentos y que muestra algunos matices de lo que se convertiría la música salsa unos años después. Al no tener una orquesta fija y, sin embargo, ser una de las personas más respetadas del medio -solía tener la última palabra dentro de Fania en cuanto a arreglos y orquestaciones se refería-, se dio el
lujo de armar un buen combo de músicos, entre los que se cuentan Mauricio Smith en la flauta, Nicky Marrero en los bongós, Eddie guagua Rivera, Guillermo Edgehill y José Santiago en el bajo, Johnny Rodríguez en las congas, Rubén Maldonado en los tambores batá, en cantante Ismael Quintana en las maracas, Sonny Bravo y el propio Louie en el piano -así como también en el vibráfono-, Mike Collazo y Orestes Vilató en los timbales, Angel papo Vásquez y Sam Burtis en los trombones, y Ray Maldonado y Tony Cofresi en las trompetas.
Cada surco fue cantado por un músico en particular, destacando como primer tema una de la canciones más importantes de todo el género: Paula C, en la que el aún no muy conocido Rubén Blades da rienda suelta a su capacidad creativa e interpretativa -así como también a la expresión de un guayabo mayúsculo por una buenamoza que le duró algunas canciones más. Este tema incluyó un arreglo de violines en la misma onda que estaba imprimiendo Willie Colón a las producciones de Héctor Lavoe; violines que llevaban a cabo una función más melódica que rítmica, por lo que las influencias eran tal vez más cercanas al soul y al disco music que a la propia charanga:


Paula C. con el silencio se marchó sin contestar
Y comprendí aquella noche que ya nunca jamás
Olvidaría su querer.
Paula C. la madruga me envolvió en su oscuridad
Y aunque parezca raro me hizo ver con más claridad
Lo que es amar a una mujer.
Y a tu regreso de nuevo aquel beso me hizo vibrar
Y así volví a soñar y así volví a cantar
Y con el llanto volviste temblando y te oí murmurar
Que yo era todo para ti y nada más.
Paula C. hoy la distancia nuevamente entre los dos
Es la que anima y me inspira por ti esta canción
A la que me entregó su amor, a Paula C.
A la que me entregó su amor, a Paula C.


Eso sin hablar del juego de trompetas que cierra la melodía, con un sabor a jazz estupendo, una potencia musical generadas gracias a un arreglo muy afinado del propio Ramírez y a un virtuosismo en la interpretación por parte de sus amigos.
Camilo azuquita Argumédez abre el segundo tema, En un beso la vida, un viejo tango convertido en guaracha con mucho acierto, y Adalberto Santiago se encarga de interpretar el guaguancó Borinquen me llama, uno de esos cantos cotidianos al Puerto Rico querido.
Todo bien, entonces, hasta que llegamos a Something, un tema de Los Beatles llevado al reino latino y que termina con un arreglo en discomusic que muestra uno de los puntos débiles de Louie: la creencia de que se pueden llevar a cabo crossovers sin que se pueda correr el riesgo de errar profundamente. Y esto él ya lo había sufrido en A Different Shade of Black, un disco que le encargó hacer el capitoste Jerry Masucci en 1976, en el que se mezclaban ritmos latinos con cadencias disco, y que había sido un estruendoso fracaso creativo y comercial. Pero a veces la gente insiste... y es cuando aparece un danzón, Because -también de Los Beatles-, un poco mejor resuelto, aunque muy lejano a la calidad de los primeros tracks del disco.
Azuquita vuelve a interpretar dos temas más: El poeta lloró, un conocido flamenco de Manuel de Angustias llevado inteligentemente al guaguancó, y Cuando llegaste tú, uno de esos abrebocas de la fulana salsa romántica de los que hablé previamente.
En fin...
El disco, por supuesto, está fuera de catálogo. Louie no fue una persona que disfrutara de las mieles de la fama, y para los recuperadores de toda esta música feliz que se hizo hace más de treinta años es preferible repartir las interpretaciones en compilados de cada uno de los artistas que en volver a unir las piezas de este álbum. Pero el registro está ahí, se puede encontrar por internet en Grooveshark y, por supuesto, vale la pena escucharlo.

Obviamente, si está descatalogado no está en Spotify ni en Rhapsody.

1 comentario :

  1. para los que quieran bajarlo, aqui hay una pagina de unos rusos que lo tienen, aunque en todas estas paginas rusas realmente el negocio es pornografia, por lo menos se puede bajar la musica sin problemas

    http://muzalbum.ru/salsa/print:page,1,176-louie-ramirez-louie-ramirez-sus-amigos-1978.html

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